Este libro se ha convertido en uno de mis favoritos en cuanto a romántica histórica se refiere. He disfrutado muchísimo de las interacciones entre Gwyn (una gran protagonista y una muestra de lo bien que se le da la creación de personajes a Hollie) y Hunter (uno de esos grumpys adorables que he amado desde su primera frase). Me gusta ver a mujeres de armas tomar protagonizando novelas históricas y tenía ganas de ver cómo le iba a dar la vuelta Gwyn a su situación. Porque llevar siete años esperando a un prometido que no da señales de querer volver no es una situación en la que a nadie le guste estar y menos en la época victoriana, en la que casarse era algo a lo que todas las mujeres debían aspirar.

No es ningún secreto que Hollie Deschanel es una de mis autoras favoritas en romántica contemporánea y también lo es romántica histórica, un género que se le da igual de bien que el primero. Si queréis descubrir su pluma esta es una novela perfecta para empezar.