A review by idesthai
Almudena. Una biografía. by Aroa Moreno Durán, Ana Jarén

5.0

(Esto es más una entrada de diario que una reseña, pero si el libro me ha inspirado a escribir todo esto, juzgad por vosotras mismas el nivel de reflexión a que me ha llevado.)

Imagino que es mi instinto de profesora de Lengua Castellana y Literatura lo que me ha llevado a leer, interesadísima, esta biografía de Almudena Grandes antes que su propia obra. Recuerdo, eso sí, la publicación de El corazón helado en 2007. ¡El nuevo libro de Almudena Grandes!, una autora que le había visto leer a mi madre. En aquel entonces yo estaba en 4º de la ESO y ya tenía muy claro que acabaría estudiando una filología; quise leer El corazón helado, pero, no sé por qué, nunca me puse a ello. Sin embargo, me acuerdo perfectamente de por qué quería leerlo: en un momento en que el temario de Literatura incluía tan solo a tres o cuatro mujeres contadas, algo se me removía por dentro al escuchar el nombre de Almudena Grandes, algo me decía que ella pasaría a formar parte de ese temario. Supongo que el instinto de profesora de Lengua Castellana y Literatura habitaba en mí desde mucho antes de lo imaginable. O quizá era la esperanza, no muy informada pero optimista, de una muchachita «de letras», de que, tal vez, en un futuro no muy lejano, una mujer de carne y hueso, viva a la vez que yo, se abriera paso en la historia de la literatura española y no tuviera nada que envidiar a ninguno de esos autores varones de los que llevaban cuatro año hablándome en el instituto.

Me pesa reconocer que, a día de hoy, solo he leído en mi vida un libro de Almudena, La madre de Frankenstein, durante el confinamiento de 2020 por la pandemia de covid, pero he visto sus títulos en las estanterías de casa y en la mesita de noche de mi madre desde que era pequeña. Y me encantó, de veras. Creo que en cierto modo fue lo que me puso en contacto con el pasado, en general, y con mi pasado familiar, en específico. Pero este es un ejercicio lento y que necesita de largas conversaciones, pacientes, honestas, que mi familia nunca ha sido dada a tener, y yo no siempre estoy en el mejor estado mental y anímico para, con esfuerzo, hacer que las sobremesas se reconduzcan a ese tipo de intimidad.

Además, mi madre murió de cáncer un año antes que Almudena Grandes, y me aterroriza ponerme a leer esos libros que mi madre amó y entender por qué le gustaron tanto ahora que es demasiado tarde para hablarlo con ella. De hecho, este pensamiento me ha acompañado bastante a lo largo de esta lectura, pero Aroa Moreno Durán ha tenido la brillantez de rescatar esta cita de la propia Almudena:
«Cada vida es una consecuencia del lugar en el que se han barajado las historias generacionales y las fugas de los destinos.»


Quizá «la fuga de mi destino» fuera no leer El corazón helado con 15 años y no convertirme en una incondicional de Almudena entonces. Pero sé qué algún día lo haré. Sé que algún día me lanzaré a esas aguas y me entristecerá, pero también me enriquecerá muchísimo. Sé que, el día que empiece, probablemente no pare. Sé que, como mi madre, lo disfrutaré enormemente.

Porque, como Almudena, soy española, roja, republicana y tengo un gato.