Hay algo en los clásicos difícil de explicar, que te lleva a unos rincones complicados de encontrar en otras páginas. Menuda historia, menudo final. Aunque denso, este libro me ha tenido enganchada de principio a fin. La oscuridad que rodea a los personajes y el ambiente son tangibles en cada párrafo. Puede que no mueras del susto, pero el temor hacia el que se dice tocado por Dios y no es más que un hipócrita con un hábito es atemporal.