❝𝐈'𝐦 𝐬𝐩𝐥𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐞𝐝 𝐩𝐢𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐡𝐞𝐥𝐝 𝐭𝐨𝐠𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐛𝐲 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐢𝐥𝐞 𝐡𝐨𝐩𝐞.❞

Algo crece en esta historia; un secreto, una vida; un propósito divino. Se aferra entre lo más profundo del bosque Morguewood, un lugar donde se ocultan huesos y muerte, soledad y hambre. Respira y se alimenta de la hipocresía humana, del dolor que unos imparten sobre otros, de todo aquello que penetra en lo más profundo de tu mente, del miedo y los recuerdos. Y cada vez es más fuerte, devorando la cordura de los que se atreven a desafiarlo. 

Together We Rot toma el lado más temeroso de la metamorfosis y lo transforma en algo bellísimo de presenciar. Y es esa parte cubierta de miedo lo que más captó mi atención durante la trama, porque era un miedo que envolvía a los personajes, más específicamente a Elwood, como un capullo, uno que no dejaba entrar la luz. Se sentía cómo si estuviera haciendo el efecto contrario del capullo, no crecía para liberarse, sino para atraparte de por vida. Así es como Elwood vivió toda su vida. Aferrado a las palabras de sus padres, a las costumbres y creencias basadas en muerte y sacrificios; en huesos y palabras sin sentido. La hipocresía misma era lo que los mantenía en el poder. Solo que, a veces, años de control pueden quebrarse en una sola noche. 

Este libro tiene sus momentos retorcidos como las raíces de un árbol, pero a medida que la trama avanza y las palabras se tejen de una manera atmosférica y original, se puede ver el crecimiento de los personajes orgánicamente. Hay un equilibrio entre ellos, como una especie de espejo que reflejan sus diferencias. Son opuestos, pero con un mismo objetivo: la verdad, la libertad. Dos naturalezas que se entrelazan para formar algo catastrófico y bello de leer. Wil y Elwood eran parte de una tormenta, ellos la creaban: la ira y la calma. 

Es una historia con un mensaje inspirador y el final de la trama es aún más emotivo. Convergen todos los miedos y el dolor sobre la tierra de aquel bosque, sobre el mismo Elwood, y se transforma en luz y vida.