Henry quiere acabar con todo y, cuando tropieza (literalmente) con Lore, un demonio que habita en cuerpos humanos, no tiene mucho tiempo para arrepentirse de su deseo.
Leaf Young, una camarera humana completamente normal, tampoco está en su mejor momento. Su novio está a punto de casarse con la «otra» por la que la ha dejado hace unos meses, así que se deja arrastrar por sus amigas al local más underground y económico de la ciudad para curarse la depresión. Un tropiezo casual con su ex de la mano de su prometida hace que decida dejarse llevar por primera vez en su vida.
Falco, un exorcista especializado en demonios, investiga una serie de asesinatos sobrenaturales que siguen el mismo patrón que un caso antiguo.
Todo se lía y se precipita cuando Lore, en el cuerpo de Henry, trata de poseer a Leaf y es interrumpido por Falco y su compañero dando como resultado algo sin precedentes: una humana poseída, pero con el control de su cuerpo y pensamientos y un aparente acceso a los poderes del demonio. Tras comprobar que no es una artimaña, la Black Bird Academy le ofrece un trato para instruirla como exorcista y tratar de recuperar su libertad, sumergiéndola de lleno en un mundo desconocido.
Aunque se puede considerar dark academy, la academia en sí no me parece, en este primer volumen, un entorno esencial. Tampoco me parece 100% un romantasy porque, a pesar de la creciente atracción entre los protagonistas, el romance no es el centro de la acción. Personalmente, lo veo más urban fantasy, integrando magníficamente un mundo de fantasía en el mundo real actual.
Admito que lo compré por impulso y me ha encantado de principio a fin. Es un libro adictivo, con un estilo ligero y muy buena mano para describir la acción. Que esté narrado desde tres voces distintas también ayuda mucho al dinamismo de la historia.
Los personajes están muy bien construidos, pero sin duda mi preferido es Lore, el demonio. Su sarcasmo y su ironía le dan un punto de humor al libro que ayuda a relajar la tensión en algunas de las escenas más potentes.