Cuando mi abuela se acercó a ver qué libro estaba leyendo, surgió de ella una pregunta que me dejó pensando durante un largo rato. "¿Habla del vagón de las mujeres en un sentido concreto, o va más allá, a algo abstracto, al verdadero vagón que debe cargar cada mujer, que se encadena a ella con el simple hecho de identificarse como tal?". Apenas terminé la novela, me di cuenta de que entonces podía verse de dos maneras, al menos el título traducido. Realmente el vagón de las mujeres en aquel tren indio, donde no podían mezclarse con otros hombres y solo podían compartir espacio entre ellas, o la pesadez que cada una debe acarrear hasta el final de sus días.

Akhila, nuestra protagonista, tiene cuarenta y cinco años y busca refugio y consejos en las historias de vida de estas singulares mujeres con las que debe compartir parte de su viaje. Espera encontrarse en ellas, ver sus ojos resaltar entre sus palabras y, mediante la comprensión de sus vidas, comprender y darle un sentido a la suya.

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