¡Me ha gustado mucho más que la primera vez que lo leí! Vuelve a sorprenderme Kuang y su capacidad de enseñarnos la historia y desentrañar la naturaleza humana a través de sus personajes.
Rin es una huérfana de las guerras de la amapola que sueña con ser libre de la casa de opio en donde sirve. Logra ingresar a la universidad, gracias a que gana el examen imperial. En la escuela, se encontrará con el mayor obstáculo de todos: ella misma.
Aprende a controlar para controlar y llevar a cabo su venganza.
La historia ha demostrado una y otra vez la capacidad de violencia inconsciente de los humanos. La violencia por el placer de la violencia. Kuang nos adentra en los campos de batalla y en el genocidio. ¡Es el horror puro! Nos hace pensar que, en medio de ese horror, la gente buena también toma decisiones terribles.
Una maravilla de fantasía.