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A review by thehatingcouple
It Happened One Summer by Tessa Bailey
4.0
4 estrellas
Este verano huele a rom-coms (comedias románticas, si como yo desconocíais el término y os sentíais yayos).
Y en verano sucede esta historia. Nos encontramos a Piper, la hijastra de un súper productor de Hollywood a la que acaban de dejar. Mientras que le dicen que es tonta.
A mi también me dolió y eso que la acababa de conocer.
Y aunque en principio esta afirmación puede parecer real (porque Piper vive la vida como si estuviese en un anuncio de compresas: todo lo ve con colores muy brillantes y hace cosas absurdas), en realidad nos encontramos a una protagonista que esconde muchos miedos e inseguridades.
El adalid de la pedagogía que es su padrastro, y en un intento de hacer bueno de ella tras una trastada, le corta el grifo y la manda castigada al pueblo de pescadores donde nació y vivió su padre. Ala, a apañárselas sola.
Por otro lado tenemos a Brendan, el capitán de un barco faenero de cangrejo real. Un pescador experimentado, responsable y un tanto maniático con seguir la misma rutina hasta para hacer la compra. Es un gruñón de cuidado y no le gustan ni Piper ni su bolso de barra de labios.
Porque ella es maravillosa, divertida y justo lo que necesita el pueblo: alguien que los saque de la zona de confort. Una persona tan alegre que con su presencia es capaz de hacer sonreír a todos.
Además, el desarrollo personal de Piper es muy realista, y una parte de su crecimiento va ligada al de Brendan. Son el grumpy-sunshine al más puro estilo “La hipótesis del amor”.
Y recordar siempre el consejo de Piper Bellinger: ser un poco más amable con uno mismo.
Este verano huele a rom-coms (comedias románticas, si como yo desconocíais el término y os sentíais yayos).
Y en verano sucede esta historia. Nos encontramos a Piper, la hijastra de un súper productor de Hollywood a la que acaban de dejar. Mientras que le dicen que es tonta.
A mi también me dolió y eso que la acababa de conocer.
Y aunque en principio esta afirmación puede parecer real (porque Piper vive la vida como si estuviese en un anuncio de compresas: todo lo ve con colores muy brillantes y hace cosas absurdas), en realidad nos encontramos a una protagonista que esconde muchos miedos e inseguridades.
El adalid de la pedagogía que es su padrastro, y en un intento de hacer bueno de ella tras una trastada, le corta el grifo y la manda castigada al pueblo de pescadores donde nació y vivió su padre. Ala, a apañárselas sola.
Por otro lado tenemos a Brendan, el capitán de un barco faenero de cangrejo real. Un pescador experimentado, responsable y un tanto maniático con seguir la misma rutina hasta para hacer la compra. Es un gruñón de cuidado y no le gustan ni Piper ni su bolso de barra de labios.
Porque ella es maravillosa, divertida y justo lo que necesita el pueblo: alguien que los saque de la zona de confort. Una persona tan alegre que con su presencia es capaz de hacer sonreír a todos.
Además, el desarrollo personal de Piper es muy realista, y una parte de su crecimiento va ligada al de Brendan. Son el grumpy-sunshine al más puro estilo “La hipótesis del amor”.
Y recordar siempre el consejo de Piper Bellinger: ser un poco más amable con uno mismo.