4 estrellas

Que levante la mano quién más ha sido un damnificado de las benditas clases de educación física del instituto.

En mi caso, y gracias a una serie de profesores que odiaban tanto a los adolescentes como los adolescentes a ellos, consiguieron que odiara el deporte, a los deportistas y sobre todo a ellos mismos.

Por razones como esas, jamás quise leer libros sobre deporte en general, hasta que llegó la tetralogía Off Campus de Elle Kennedy. Pero eran todos unos machirulos con la inteligencia emocional de un pistacho, y no me acabó de convencer.

Para salvarnos a todos llegó Sabrina Bowen, que cogió a Elle Kennedy del moño y le enseñó a escribir sobre romance, hockey y relaciones sanas. ¡Y LGBT!

Ahí Carlota se dio cuenta de que quizá el hockey universitario con mozalbetes de hombros anchos como puertas de castillo, podía ser una excepción a su odio.

Porque Jamie y Wess son amigos desde pequeños, y se nota como esa amistad ha ido creciendo a lo largo de los años.
No vamos a negarlo, son un poco capullos y a veces me daba ganas de matarlos. El friends to lovers puede sacar mi lado más impaciente.

Me ha gustado especialmente verlos entrenar a sus alumnos en el campamento de verano. Me recordaron a mis primeras prácticas en el colegio, donde todo eran dudas, pero también la satisfacción de ver cómo iban saliendo adelante.

Si Jamie y Wes de dieron una segunda oportunidad, quizá yo debería hacer lo mismo con los romances deportivos, por muy señora victoriana que sea.
¡Si conocéis alguno más, dejádmelo en comentarios!