Scan barcode
A review by verabooks
Somos píxeles by Lucía G. Sobrado
5.0
Somos píxeles cuenta la historia de Myriam, una chica que en su adolescencia se pasaba horas frente al ordenador jugando y que en la actualidad combina las clases en la uni, ballet y su relación con su novio Mario.
El videojuego era Atron, sin embargo, cuando estaba consiguiendo pasarse una de las batallas más difíciles del juego, este es hackeado. Y no es hasta unos años más tarde, 2030, cuando deciden reabrirlo con nuevos mapas, nuevas razas y con compatibilidad con la Realidad Virtual.
Cuando el hackeo sucede, Myriam, o como se hace llamar en el juego Dhria, se queda devastada porque descubre que ha perdido el contacto con todos sus amigos virtuales. Y, por cosas del destino, el día que decide unirse de nuevo para probar la actualización, se reencuentra con su mejor amiga Kinan.
Y mientras Dhri y Kinan vuelven a conectar, a conocerse y a viciar, Myriam comienza a ver su relación con Mario de manera distinta.
Lo que más me ha gustado ha sido todo este entorno gamer que hay. El ambiente creado es tan real, que me ha hecho recordar buenos momentos de mi vida, como cuando fui a la Barcelona Games World o a la DreamHack. Además, el evento al que participan Myriam y sus amigos me ha hecho sentir nervios y tensión como si estuviese jugando yo. De hecho, a día de hoy, sigo buscando un videojuego similar a Atron, pero que no sea el WOW.
Los capítulos están narrados por la protagonista, haciendo que entendamos su comportamiento y que veamos más a fondo sus inseguridades. Esto también lo hace mucho más adictivo.
El final me ha gustado muchísimo. Se ve una evolución de Myriam increíble. Porque no solo su círculo de amistades crece, sino que también ella.
En resumen, Somos píxeles es una novela adictiva. Ágil de leer. Que trata temas muy importantes; como el acoso callejero o el maltrato psicológico. Con un final que está a la altura de la novela, pero que deja con ganas de más.
El videojuego era Atron, sin embargo, cuando estaba consiguiendo pasarse una de las batallas más difíciles del juego, este es hackeado. Y no es hasta unos años más tarde, 2030, cuando deciden reabrirlo con nuevos mapas, nuevas razas y con compatibilidad con la Realidad Virtual.
Cuando el hackeo sucede, Myriam, o como se hace llamar en el juego Dhria, se queda devastada porque descubre que ha perdido el contacto con todos sus amigos virtuales. Y, por cosas del destino, el día que decide unirse de nuevo para probar la actualización, se reencuentra con su mejor amiga Kinan.
Y mientras Dhri y Kinan vuelven a conectar, a conocerse y a viciar, Myriam comienza a ver su relación con Mario de manera distinta.
Lo que más me ha gustado ha sido todo este entorno gamer que hay. El ambiente creado es tan real, que me ha hecho recordar buenos momentos de mi vida, como cuando fui a la Barcelona Games World o a la DreamHack. Además, el evento al que participan Myriam y sus amigos me ha hecho sentir nervios y tensión como si estuviese jugando yo. De hecho, a día de hoy, sigo buscando un videojuego similar a Atron, pero que no sea el WOW.
Los capítulos están narrados por la protagonista, haciendo que entendamos su comportamiento y que veamos más a fondo sus inseguridades. Esto también lo hace mucho más adictivo.
El final me ha gustado muchísimo. Se ve una evolución de Myriam increíble. Porque no solo su círculo de amistades crece, sino que también ella.
En resumen, Somos píxeles es una novela adictiva. Ágil de leer. Que trata temas muy importantes; como el acoso callejero o el maltrato psicológico. Con un final que está a la altura de la novela, pero que deja con ganas de más.