Si alguien lee mis reseñas habrá notado que no me prodigo con las estrellas. Los libros de Kay van manteniendo consistentemente su posición entre las 3 y las 4. Su formula de destilar la Historia para conseguir Fantasía de alta graduación siempre me toca la fibra sensible con su visión melancólica, un poco derrotista y a la vez un poco sensiblera.
En El reino de luz y tinieblas la cosecha es gloriosa. Todas las piezas puestas en juego en Los mosaicos... se desarrollan en ese gran tablero que es la ciudad de Constantinopla Sarantium y como en un engranaje maravilloso van cerrando una historia en la que no sobra ni falta nada y que además extiende sus hilos hacia los futuros libros de Kay.
Lo he disfrutado muchísimo aunque me hayan sobrado los pajaricos.