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A review by ranjaqueline
Demian. Siddhartha by Hermann Hesse, Ernst Robert Curtius
3.0
Está ha sido una de mis lecturas más ok del año, es decir, no es un mal libro en cuestión de narrativa o escritura, pero para la Jaqueline de esta época, que leyó este libro, que hizo muchas anotaciones para comprender y cuestionar el libro, no le gustó, esa es mi visión general, libro interesante, pero hasta ahí.
Esto, por supuesto o significa que el libro no me haya gustado en su totalidad, lo que a mi me generó bastante conflicto es que a veces juzgaba al libro sin tener en cuenta el contexto en el que fue escrito y creado, durante la primera guerra mundial. Estos prejuicios que yo les adjudiqué al libro y a mi lectura es porque las ideologías que el personaje de Demian y Emil planteaban no concuerdan con mi forma de pensar y leer el mundo; mientras ellos hablan del deseo, voluntad y el destino, yo interpreto al mundo de forma más relativa, la voluntad de un individuo no lo es todo cuando (como diría Guasón) vivimos en una sociedad.
El libro te enseña y demuestra que, para generar conocimiento, es necesario vivir como experimentar ese conocimiento y no quedarse en el plano de la abstracción, así como también no todo es completamente luminoso ni completamente oscuro, existen grises y todo es cuestionable según los preceptos de la sociedad en la que se vive (en esto si hace mucho hincapié el libro, habla de la sociedad europea), así como que para renacer o seguir avanzando es necesaria la muerte (ideológica o física) para poder renacer, tipo, de las cenizas renazco, o para poder pasar a la adultez la infancia debe morir. Pero a pesar de todo lo expuesto y de definir que no existe bien y mal, es decir, que no existen los extremos, reflexiona y argumenta que lo individual es lo correcto y lo colectivo lo incorrecto, nunca llega a generar lo que sería la fusión de estos dos, y si lo hace, plantea a Emil y Demian como los elegidos para guiar al “rebaño” (la marca de Caín, pues). Existe está separación ideológica de individuo y colectivo que es completamente imposible de separar.
Otro punto, es que claro, hablamos de hombres blancos, europeos en el siglo XX (nada más no digo heteros porque ahí si Emil y Demian como que heteros heteros, no eran), y de clase media-alta sus únicos problemas eran meramente existenciales que terminaban por afectar su estado físico (sigue siendo grave, pero en esta ruleta de desgracias, ellos están bastante bien, muy bien). A parte le representación femenina es la cosa más vaga que he visto, nunca se generan diálogos tan profundos como con Demian u otros personajes masculinos, solo te dicen que estos personajes femeninos están para darle otro sentido de transitoriedad a Emil, y ya.
No me aportó algo completamente nuevo, más que este libro le desagrada por completo la colectividad. Cabe resaltar que entiendo que hace referencia una colectividad que no cuestiona y es acrítica de su situación como individuos, pero no le da aspectos buenos a la colectividad, solo malos, no me da esos claro-oscuros que buscaba que se me presentaron en toda la obra. Solo lo plantean como que es necesario tocar fondo en las entrañas maliciosas de la colectividad para guiarse al destino que se tienen como individuo. A parte, estamos viviendo una época de bastante individualidad (cof, cof, modernidad líquida), y no es lo mejor, el querer ser un individuo completamente autónomo de la sociedad es imposible. Tal y como dice el libro, los cambios vienen, y las afectadas serán las estructuras arcaicas, pero para mí la solución no nace de lo individual como plantea Demian, nace de reconocer al otro, reconocer sus problemas y querer abolir esos sistemas estructurales que privilegian a unos y a otres les olvida.
Enfin, no es un libro que recomendaría, es interesante, pero deseaba arrancarme los ojos para el final. Muchas frases me gustaron, muchas otras no concuerdan con mis ideologías, y aún así, aquí ando escribiendo miles de planteamientos que cuestioné del libro. La coherencia no es mi fuerte, y ni la del libro, pero bueno, besitos.
Esto, por supuesto o significa que el libro no me haya gustado en su totalidad, lo que a mi me generó bastante conflicto es que a veces juzgaba al libro sin tener en cuenta el contexto en el que fue escrito y creado, durante la primera guerra mundial. Estos prejuicios que yo les adjudiqué al libro y a mi lectura es porque las ideologías que el personaje de Demian y Emil planteaban no concuerdan con mi forma de pensar y leer el mundo; mientras ellos hablan del deseo, voluntad y el destino, yo interpreto al mundo de forma más relativa, la voluntad de un individuo no lo es todo cuando (como diría Guasón) vivimos en una sociedad.
El libro te enseña y demuestra que, para generar conocimiento, es necesario vivir como experimentar ese conocimiento y no quedarse en el plano de la abstracción, así como también no todo es completamente luminoso ni completamente oscuro, existen grises y todo es cuestionable según los preceptos de la sociedad en la que se vive (en esto si hace mucho hincapié el libro, habla de la sociedad europea), así como que para renacer o seguir avanzando es necesaria la muerte (ideológica o física) para poder renacer, tipo, de las cenizas renazco, o para poder pasar a la adultez la infancia debe morir. Pero a pesar de todo lo expuesto y de definir que no existe bien y mal, es decir, que no existen los extremos, reflexiona y argumenta que lo individual es lo correcto y lo colectivo lo incorrecto, nunca llega a generar lo que sería la fusión de estos dos, y si lo hace, plantea a Emil y Demian como los elegidos para guiar al “rebaño” (la marca de Caín, pues). Existe está separación ideológica de individuo y colectivo que es completamente imposible de separar.
Otro punto, es que claro, hablamos de hombres blancos, europeos en el siglo XX (nada más no digo heteros porque ahí si Emil y Demian como que heteros heteros, no eran), y de clase media-alta sus únicos problemas eran meramente existenciales que terminaban por afectar su estado físico (sigue siendo grave, pero en esta ruleta de desgracias, ellos están bastante bien, muy bien). A parte le representación femenina es la cosa más vaga que he visto, nunca se generan diálogos tan profundos como con Demian u otros personajes masculinos, solo te dicen que estos personajes femeninos están para darle otro sentido de transitoriedad a Emil, y ya.
No me aportó algo completamente nuevo, más que este libro le desagrada por completo la colectividad. Cabe resaltar que entiendo que hace referencia una colectividad que no cuestiona y es acrítica de su situación como individuos, pero no le da aspectos buenos a la colectividad, solo malos, no me da esos claro-oscuros que buscaba que se me presentaron en toda la obra. Solo lo plantean como que es necesario tocar fondo en las entrañas maliciosas de la colectividad para guiarse al destino que se tienen como individuo. A parte, estamos viviendo una época de bastante individualidad (cof, cof, modernidad líquida), y no es lo mejor, el querer ser un individuo completamente autónomo de la sociedad es imposible. Tal y como dice el libro, los cambios vienen, y las afectadas serán las estructuras arcaicas, pero para mí la solución no nace de lo individual como plantea Demian, nace de reconocer al otro, reconocer sus problemas y querer abolir esos sistemas estructurales que privilegian a unos y a otres les olvida.
Enfin, no es un libro que recomendaría, es interesante, pero deseaba arrancarme los ojos para el final. Muchas frases me gustaron, muchas otras no concuerdan con mis ideologías, y aún así, aquí ando escribiendo miles de planteamientos que cuestioné del libro. La coherencia no es mi fuerte, y ni la del libro, pero bueno, besitos.