La historia nos presenta a Evan, junto a su perro Trigger, quien es dejado al cuidado de su tía abuela Kathryn en tanto sus padres se dirigen a Atlanta en búsqueda de una nueva casa. En el barrio conocerá a Andrea con quien tendrá que enfrentar a los molestos gemelos Beymer, mientras son acechados por un mal desconocido.

Hasta ahí todo está relativamente normal, sin embargo, hay ciertas señales que nos indican que la tía Kathryn esconde algunos secretos. Su biblioteca está repleta de libros sobre brujería y ocultismo, lo cual parece señalar que será una historia sobre brujas. Y equivocada no estaba. Monster Blood es una historia sobre brujas, hasta que se incluye el elemento que da nombre a la historia: la sangre de monstruo.

Creo que la historia pierde un poco el cauce al tratar de amalgamar su historia de brujas con esa especie de homenaje a The Blob. Y lo resiento, porque creo que ambas historias podrían funcionar de manera excelente por separado. Por una parte, una historia sobre la tía, su relación con Sarabeth, los eventos que llevaron a su “trato” con ella y una resolución al mismo. Mientras que, en otro libro, se desarrollara a fondo la creación, embotellamiento, liberación y repercusión de la sangre de monstruo en el mundo, vamos, incluso alimentar la historia de la tienda de novedades. Creo que se desaprovechan temas como el pacto con la bruja, así como los incidentes que surgen a raíz de liberar a la sangre de monstruo.

Tristemente, Monster Blood es uno de los títulos que menos me han gustado hasta el momento. No me gustó el conflicto final, no me sentí satisfecha tampoco con la resolución. A pesar de que termina en un tono que busca sembrar expectativa de una posible continuación, la verdad, no se me antoja saber qué podría pasar después.